El niño, modelo de un alma abierta a Dios
De hecho, el hombre comienza su vida con una santidad que luego pierde: se vuelve pecador, se convierte en el “complicado inquisidor de nuestros tiempos”.
Con los niños, Jesús nos mostró el modelo de alma siempre abierta a Dios. Aunque no entiendan muchas cosas y no lancen rebatimientos dialécticos, los niños lo creen todo, aunque a veces pongan extraordinarias preguntas sobre la fe. Para ellos, la existencia de Dios y la presencia divina son cosas que no necesitan explicarse. No en vano estas dos palabras suelen ir juntas: infancia y santidad.
De hecho, el hombre comienza su vida con una santidad que luego pierde: se vuelve pecador, se convierte en el “complicado inquisidor de nuestros tiempos”.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca – mare îndrumător de suflete din secolul XX, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2002, p. 71)