Palabras de espiritualidad

Él nos sana de toda enfermedad

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

La probada experiencia de la Iglesia ha demostrado que, para la oración, es decir, para Dios, ninguna enfermedad del espíritu es incurable.

Él sana nuestra alma de cualquier enfermedad, dándole nuevas energías y alumbrándola con una luz que no se agota. La probada experiencia de la Iglesia ha demostrado que, para la oración, es decir, para Dios, ninguna enfermedad del espíritu es incurable. Es posible que hayamos nacido en las condiciones más adversas. Es posible que nos hallemos en algún medio lleno de ignorancia, crueldad y hasta de crimen, sintiéndonos atraídos por los ejemplos de vida que nos rodean. Podemos sufrir de las peores carencias, ofensas, pérdidas... Puede que tengamos alguna malformación congénita, por lo que sabemos bien qué significa ser despreciados, heridos o rechazados.

Ciertamente, todo lo que es infortunio en el mundo actual puede dejar su huella en nosotros. Pero, cuando volvemos a Dios, en el momento en que decidimos seguir Sus mandamientos, comienza un proceso de sanación fundamental. Y no solamente somos sanados de nuestras heridas y pasiones, sino que también nuestro aspecto exterior puede transformarse. Esto es algo que ocurría a menudo en el Santo Monte Athos. Muchos llegaban en un estado deplorable, después de largos años de depravación. Sin embargo, luego de un breve período de profunda contrición, sus rostros se volvían agradables, su voz cambiaba, sus movimientos parecían diferentes y su espíritu refulgía con fuerza desde dentro.

 (Traducido de: Arhim. Sofronie Saharov, Rugăciunea, experiența Vieții Veșnice, Editura Pelerinul, p. 59-60)