Palabras de espiritualidad

El poder divino de las oraciones de la Madre de Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Aunque se unieran las oraciones de todos los ángeles y las de todos los santos por nosotros, los pecadores, no tendrían el mismo privilegio que tienen, frente a Dios, las de la Santísima Madre del Señor.

Para hacernos una idea de la inmensa gracia de la Madre del Señor, debemos recordarnos siempre de las palabras que San Juan de Kronstadt utiliza para referirse a Ella. En una de sus prédicas, decía que aunque se unieran las oraciones de todos los ángeles y las de todos los santos por nosotros, los pecadores, no tendrían el mismo privilegio que tienen, frente a Dios, las de la Santísima Madre del Señor.

Los ángeles y santos son un reflejo de la gloria divina, misma que ellos manifiestan de una manera u otra y sólo la Madre del Señor tiene como característica toda la gloria divina. No en vano la Santa Iglesia la llama Reina de los Cielos.

Ella ayuda a quienes han perdido toda esperanza de encontrar un camino, de salvarse. Por eso la Iglesia la llama “esperanza de todos los que ya no tienen esperanza”. Hace puros y santos a los más inicuos, a quienes están llenos de vicios carnales, a los que han caído completamente en manos del maligno. Ella puede salvar incluso a esos que han renunciado a su fe en Cristo, quienes han dejado a Dios, a Su Santa Iglesia y a todos sus Sacramentos, por hallarse atrapados en los brazos del astuto.

(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din Sofia, Predici, Editura Adormirea Maicii Domnului, Bucureşti, 2007, pp. 178-179)