Palabras de espiritualidad

El principio fundamental de una familia cristiana

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si la deshonra de sus hijos es la peor infelicidad para los padres, tanto en en esta vida como en la siguiente, su devoción es felicidad en esta vida y garantía de salvación en la vida eterna.

El principio fundamental de una familia cristiana es la procreación. Y no se trata sólo de concebirlos y darles a luz, sino también saber educar a nuestros hijos para que sean cristianos verdaderos, cuyo propósito en esta vida sea la renuncia de sí mismos, para servir al Señor con amor ferviente.

Este es su “objetivo” principal, la “creación”, de la que San Pablo dice: “Que cada uno, sin embargo, se pregunte cómo construye. Pues nadie puede cambiar la base; ya está puesta, y es Cristo Jesús. [...] Un día se verá el trabajo de cada uno. [...] Si lo que has construido resiste al fuego, serás premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará, pero no sin pasar por el fuego.” (I Corintios 3, 10-15).

Si la deshonra de sus hijos es la peor infelicidad para los padres, tanto en en esta vida como en la siguiente, su devoción es felicidad en esta vida y garantía de salvación en la vida eterna. Desdichados de aquellos padres cuyos hijos “pasen por el fuego”, por su falta de fe, sus vicios y pecados graves sin contrición...

(Traducido de: Nikolaj Evgrafovich Pestov, Cum să ne creștem copiii: calea spre desăvârșita bucurie, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2005, pp. 19-20)