El sentido esencial del hombre
“Todas las filosofías, las ideologías y toda la literatura… todo el progreso humano, que no sé si es progreso, es, ante todo, una continua disminución del sentido del hombre…”
El padre Stăniloae habla así de esta manera, sobre el propósito último de la vida del hombre: “El hombre fue creado para avanzar continuamente, pero para avanzar en la única infinidad de la existencia y la bondad, esa que jamás podría decepcionarnos, porque es Dios. Este avanzar del hombre hacia Dios responde también a su razón de ser, y también corresponde con el modelo de su esencia. El hombre no fue creado para avanzar por sí mismo, en un mundo finito, cerrado, monótono. ¿Hacia dónde podría avanzar en semejante mundo? Hacia ningún lado. Todo sería una simple apariencia. Y así es como surge la ilusión. Toda la auto-denominada ‘civilización moderna’ no ha traído ninguna novedad al propósito del hombre. Todas las filosofías, las ideologías y toda la literatura… todo el progreso humano, que no sé si es progreso, es, ante todo, una continua disminución del sentido del hombre”.
Ciertamente, a lo largo de la historia, la filosofía no ha conseguido descifrar las cosas que el hombre aún no puede comprender, sino que, al contrario, ha abierto otros horizontes sin sentido e igual de incomprensibles. En vez de desentrañar los enigmas del universo y hacerlos cada vez menos, los ha enredado mucho más y los ha multiplicado. Entonces, si no nos lleva a buen puerto, sino que nos arroja mar adentro y nos aparta cada vez más de la orilla, ¿qué sentido tiene permanecer en esa barca, que, en vez de salvarnos la vida, puede hacer que la perdamos?
(Traducido de: Protosinghelul Ioachim Pârvulescu, Cele trei mari mistere vizibile și incontestabile din Biserica Ortodoxă, Editura Amacona, 1997, pp. 90-91)