El sufrimiento, algo ajeno al plan de Dios para el hombre
El sufrimiento es algo ajeno a lo que fue dispuesto para el hombre y las demás criaturas en el plan divino.
Dios no desea el sufrimiento de nadie, y esto se infiere claramente del hecho que ni siquiera lo creó desde el principio y tampoco lo puso ulteriormente en su creación. El sufrimiento es algo ajeno a lo que fue dispuesto para el hombre y las demás criaturas en el plan divino, tal como fue revelado desde la creación y hasta la eternidad.
Que todo lo creado por Dios es enteramente bueno y no tiene ninguna sombra de mal, lo encontramos claramente en el Génesis, en donde de cada cosa en particular, una vez creada, se dice: “Y vio Dios que era bueno” (Génesis 1, 4, 8, 10, 12, 18, 21); y, al final, de todas esas cosas en su conjunto, dice: “Y vio Dios todo lo que había creado y todo le pareció muy bueno” (Génesis 1, 31), dándonos a entender, así, que todo lo que Él creó es muy bueno.
(Traducido de: Jean-Claude Larchet, Dumnezeu nu vrea suferința omului, Editura Sophia, București, 2008, p. 13)