Les recomiendo leer de vez en cuando a San Juan Crisóstomo, sin importar de qué libro se trate. Él escribía con sencillez, sin rodeos, tal como se formaban las cosas en su espíritu y del modo en que en su corazón se asentaban los pensamientos. En sus textos, al principio hay cosas que parecen insignificantes, pero si seguimos adelante encontraremos un tesoro de inmenso valor.

Otros dicen que San Juan Crisóstomo configuró la disposición general de la vida cristiana. En gran parte esto es cierto, pero no en todo. Casi en cada diálogo hay palabras que representan la parte más recóndita de la vida espiritual. Por esta razón, les recomiendo que lean los textos de San Juan Crisóstomo, estudiándolos y guardándolos en sus corazones, para casos de aflicción y necesidad.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Învățături și scrisori despre viața creștină, Editura Sophia, București, 2012, p. 108)