Lo más terrible es que la mayoría de personas que entran en esta clase de relaciones “fáciles” no son capaces de superar tan siquiera la primera crisis que aparece... Y las crisis no sólo no son inevitables, sino que también son necesarias.

Si, por ejemplo, tengo un problema con mis hijos, busco la forma de resolver la situación y finalmente se demostrará que entre nosotros existe un amor más grande de lo que pensábamos. Superar esa complicada situación y ese acertijo educacional me llevará a una especial plenitud de vida, a una felicidad más grande, a la concientización del hecho que he sabido comprender a quien amo.

Bien, la mayoría de personas dicen “yo paso” frente a esta responsabilidad, tratando de eludirla en sus vidas. (Vladimir Gurbolikov, periodista)

(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată: taina dragostei, înainte și după căsătorie, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2012, p. 85)