En un mundo lleno de tanto ruido y desarmonía…
Solamente así estaremos en paz, incluso cuando a nuestro alrededor se desate la tormenta más atroz.
Nuestra vida está llena de agitación y turbación. A todos nos preocupa algo, todos tenemos algún descontento, todos tenemos razones para quejarnos de algo, seamos ricos o pobres, personas con poder o simples individuos.
Pero esa agitación no se debe tanto a los sentidos exteriores y a las condiciones de vida, como a nuestro desorden interior y a nuestra enfermedad espiritual, Tal como el ojo enfermo ve todo a oscuras, incluso cuando hay una luz fuerte encendida, también el alma enferma se siente aturdida incluso cuando todo está en paz.
Confiémosle todos nuestros problemas a Dios y hagámonos con la certeza de que nada es nuestro. Permanezcamos indiferentes ante las honras de los demás y busquemos agradarle solamente al Señor. Solamente así estaremos en paz, incluso cuando a nuestro alrededor se desate la tormenta más atroz.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, p. 356)