¿Eres avaricioso, codicioso, avaro?
Piensa ¿quién te dio la vida? ¿Quién te da el dinero? ¿El pan? ¿Acaso no es Dios?
¿Eres avaricioso, codicioso, avaro? Piensa ¿quién te dio la vida? ¿Quién te da el dinero? ¿El pan? ¿Acaso no es Dios? ¿Acaso no fue Su palabra la que te despertó a la vida, a ti y a las demás criaturas?¿Acaso el Hijo de Dios no “sostiene todas las cosas con Su palabra poderosa” (Hebreos 1, 3)?
¿O es que te mantienes con vida solamente con dinero, pan, agua y vino? ¿Has olvidado que con toda palabra que salga de la boca de Dios vivirá el hombre (Mateo 4, 4)? ¿Acaso el pan y el dinero no son sino polvo y pelusa? ¿Acaso el pan no es lo último que necesitamos para mantenernos con vida? Todo fue creado y se sostiene por medio de la palabra. De la Palabra brota la vida y en Ella se sostiene.
(Traducido de: Sfântul Ioan din Kronstadt, Viaţa mea în Hristos, Editura Sophia, Bucureşti, 2005, p. 310)