Hay algunos que dicen que es muy difícil alcanzar la salvación. No obstante, es más vergonzoso e imperdonable no salvarte teniendo a la mano tantos auxilios. El que da un mandamiento, una orden, da siempre los medios para realizarla, sin forzarnos. Luego, haz lo que puedas y pídele a Dios por lo que no puedes, y Él vendrá inmediatamente en tu ayuda. No es posible obrar tu salvación sin Cristo, y tampoco Él la podría obrar sin ti.

La salvación no se obtiene con un hecho aislado, sino que presupone también un hecho social, porque el hombre no se salva solo: de su salvación toman parte muchas más personas. Hasta el Juicio Final, la salvación se puede obtener en cualquier lugar, hasta en un campo de batalla... incluso en el mismo infierno, pero no sin la ayuda de Cristo.

(Traducido de: Ieromonah Arsenie Boca, Vreau să schimb lacrimile voastre în bucurie, Editura Agaton, Făgăraş, 2014, p. 148)