Es mejor aconsejar solamente a quien nos lo pida
Si los demás monjes no le piden que hable, el stárets considerará que lo mejor es ya no decir nada, para que no crean que está hablando en vano.
En cierta ocasión, el abbá Macario fue a visitar al abbá Antonio y, después de conversar con él, regresó a la skete. A verlo llegar de lejos, los demás monjes salieron a recibirle. Y, mientras todos hablaban, el anciano Macario alzó la voz para anunciar: “Me dijo el abbá Antonio que nos falta esforzarnos más”. Casi sin dar importancia a lo que acababan de escuchar, los otros monjes siguieron hablando de un sinnúmero de cosas distintas, olvidándose de preguntarle al padre Macario cuál había sido su respuesta al abbá Antonio. Por su parte, el anciano tampoco quiso insistir en el tema. Por eso es que uno de los padres decía que, cuando un stárets observa que sus discípulos no le piden que hable sobre algo verdaderamente provechoso, este (el stárets) se abstiene de iniciar dicha conversación. Porque, si los demás monjes no le piden que hable, el stárets considerará que lo mejor es ya no decir nada, para que no crean que está hablando en vano.
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a, revizuită, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 145)