Es mejor esperar poco y recibir mucho, que esperar mucho y recibir poco
Cuando vayas a visitar a alguien, no esperes que se alegre mucho al verte. Puede que esté cansado, triste o enfermo, y no te preste tanta atención…
Si vas a visitar a alguien, no esperes que se alegre mucho con tu presencia. Por eso, agradécele a Dios si eres bien recibido.
Cuando vayas a visitar a alguien, no esperes que se alegre mucho al verte. Puede que esté cansado, triste o enfermo, y no te preste tanta atención. Si esperas ser recibido con júbilo, lo más probable es que termines decepcionado. Y es que, aunque (el otro) esté dispuesto a recibirte y a dar hasta el alma por ti, debido a que llegaste pletórico de entusiasmo, verás las cosas al revés y volverás a casa apesadumbrado. Por eso, si vas a visitar a tu hermano sin grandes expectativas, sin esperar que te reciban con alborozo —y mejor si te reciben con un poco de amor, con algo de alegría—, volverás a casa agradecido por todo el amor y todo el celo con que fuiste recibido.
¡Todas estas cosas son realmente maravillosas y excepcionales! Nos garantizan la vida desde cualquier punto de vista.
(Traducido de: Tâlcuiri la Filocalie I, Arhimandrit Emilianos Simonopetritul, Avva Isaia, cuvinte ascetice)