El anciano Abraham el Íbero le preguntó al anciano Teodoro de Eleftheroúpoli: “¿Qué es mejor, padre, ser honrado o ser deshonrado (por parte de los demás)?”, Y el anciano le respondió: “Yo preferiría atesorar honra y no deshonra. Porque, si hago algo bueno y soy honrado por ello, puedo reprender a mi mente, repitiéndome que no soy digno de dicha gloria. Por el contrario, la deshonra es algo que nos ganamos solamente a partir de nuestras maldades. Luego, ¿cómo podría consolar mi corazón, sabiendo que los demás han sufrido por culpa mía? En todo caso, es mejor hacer el bien y ser honrados por ello”. Y el anciano Abraham respondió: “Has dicho bien, padre”..

(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a rev., Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 97)