Es nuestro deber compartir la Verdad de Dios
Si hablamos de nuestra forma de vida, vivimos mal. Entonces, ¡al menos divulguemos la Verdad de Dios, sin modificaciones! No era nuestra, sino que nos fue otorgada. Es nuestro deber, luego, compartirla y transmitirla a todos los demás.
Cuando se trata de hablar de hechos, no es bueno hacer recomendaciones fáciles. Si se trata sólo de jugar con palabras comunes, éstas vienen y van... Pero, atención, no tenemos permiso para retorcer la Verdad de Dios. No era nuestra, sino que nos fue otorgada. Pero si hablamos de nuestra forma de vida, vivimos mal. Entonces, ¡al menos divulguemos la Verdad de Dios, sin modificaciones! Actualmente todas las personas se dejan llevar por la corriente de las ideas y las leyes. ¡Vivimos tiempos difíciles! Pero el Señor protege a los Suyos y les permite ver, sentir y tocar la Santa Verdad.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Învățături și scrisori despre viața creștină, Editura Sophia, București, 2012, p. 100)