Esfuérzate. Busca. Llama y se te abrirá
Acércate a la iglesia y participa de todos los oficios, lee y escucha la palabra de Dios, acostúmbrate a rodearte de quienes amen a Dios, dedícate a hacer el bien. Y, sobre todo, ora.
Nosotros buscamos y llamamos, pero todo depende de la voluntad del Dador de los dones, Quien todo lo ofrece, como el soberano que es, a quien quiere. Así las cosas, utilizando con tesón los medios que tenemos a nuestro alcance, camina esperando al Señor, Quien, aunque está siempre preparado para venir, no lo hará habiéndotelo anunciado previamente. Por eso, es mejor que tú crees las condiciones propicias para que la gracia obre; sal, pues, a su encuentro. Acércate a la iglesia y participa de todos los oficios, lee y escucha la palabra de Dios, acostúmbrate a rodearte de quienes amen a Dios, dedícate a hacer el bien. Y, sobre todo, ora. Ora tanto en la iglesia como en tu casa, apremiando, con tu esfuerzo y perseverancia, al Misericordioso para que te dé, como un pan vital, el auxilio de la gracia necesario para tu salvación. Esfuérzate así. Busca y encontrarás. Así es como debes llamar, y se te abrirá. El Señor verá tu sacrificio en pos de la salvación y te enviará Su ayuda redentora, que vendrá a romper todos los lazos del pecado y le dará a tu alma la libertad de seguir al Señor, sea en la soledad del desierto, sea en comunidad. Vendrá, entonces, eso que se le otorgó, por ejemplo, a Santa María de Egipto.
Y la misma gracia nos enseñará lo que debemos hacer después, así como lo hizo con María, así como lo hace con quien es digno de ella y se somete a ella.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Pregătirea pentru Spovedanie şi Sfânta Împărtăşanie - Predici la Triod, Editura Sophia, Bucureşti, 2002, p. 235)