Estar cerca de la luz de Dios
¡Permanece atento, hermano, no sea que, enalteciéndote con tu mente, termines cayendo a semejanza del demonio!
Mientras más cerca está el sol, más pequeña se hace nuestra sombra. Por otra parte, mientras más se aleja el sol, más crece la sombra. Y cuando el sol se pone por completo, desaparece también la sombra. Luego, mientras más cerca está Dios del hombre, más pequeño se hace este, porque se humilla más y su modestia crece. Reconoce, por una parte, su indignidad e insignificancia, y, por otra, puede ver la grandeza de Dios, que lo insta a hacerse mucho más humilde.
Al contrario, mientras más lejos está Dios del hombre, más se enaltece este último, más se envanee y más se glorifica a sí mismo. Y, cuando Dios está completamente lejos del hombre, este termina disipándose, tal como la sombra desaparece cuando el sol se pone y viene la noche.
¡Permanece atento, hermano, no sea que, enalteciéndote con tu mente, termines cayendo a semejanza del demonio! No te ensoberbezcas con tu mente, más bien llénate de estremecimiento y temor. “Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado” (Lucas 18, 14).
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Comoară duhovnicească, din lume adunată, Editura Egumenița, Galați, 2008, p. 11)