Palabras de espiritualidad

Examinémonos en lo que respecta a nuestra vida de cristianos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El aceite de la caridad significa aquello que purifica todo pecado y acerca al hombre a Dios. El mismo Señor les dice a los que no practican la piedad: “Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno”.

Aquel que no cumpla con la voluntad de Dios, es que se halla sometido por el demonio. Porque, si estando atada, un ave intenta alzar el vuelo, aún hallándose sometida al dominio de quien le amarró, así también nosotros, con nuestra forma de vida y nuestra falta de fe, somos atados por el enemigo. Porque dice el Señor. “No todo aquel que me dice ¡Señor! ¡Señor! entrará en el Reino de los Cielos”. Y repite: “¡Apartaos de Mí, agentes de la iniquidad!”. ¿Vemos qué clase de ganancia obtenemos de una fe sin obras? Porque también a las doncellas insensatas les dijo: “¡No os conozco!”. Luego, ¿qué ganaron con sus años de castidad, si el Señor no las quiere ni conocer? En la Biblia hay más ejemplos de aquellos que no fueron castigados por su fe, sino por su forma de vida. Y, quienes no cumplan con los mandamientos, peor será su final. Porque aquellas vírgenes no pudieron entrar en la vida, no por haber caído en desenfreno o en la avaricia, o por tener una fe mala, sino solamente porque les faltaba el aceite, como a quienes no practican la caridad. Porque el aceite de la caridad significa aquello que purifica todo pecado y acerca al hombre a Dios. El mismo Señor les dice a los que no practican la piedad: “Apartaos de Mí, malditos, al fuego eterno”. Y, al decir estas palabras, no se refiere a quién sabe qué clase de pecado, sino que solamente a esto: “En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna”.

(Traducido de: Sfântul Atanasie cel Mare, Din cuvintele duhovniceşti al Sfinţilor Părinţi, Editura Arhiepiscopiei Sucevei şi Rădăuţilor, Suceava, 2003, p. 129)