¿Fuimos hechos para sufrir o para ser felices?
Antes que nada, debemos tener clara una cosa: Dios no nos creó para que suframos, sino para que seamos felices.
Antes que nada, debemos tener clara una cosa: Dios no nos creó para que suframos, sino para que seamos felices.
¿En dónde encontramos originalmente al hombre? ¡En el Paraíso! De acuerdo al testimonio de las Sagradas Escrituras, especialmente el Antiguo Testamento, el hombre fue hecho para estar en el Paraíso, no en el infierno.
El hecho que muchos se pierdan, no significa que este fuera el propósito de Dios para con el hombre. ¡No! “Dios es amor” (I Juan 4,8). Él no quiere la muerte del pecador (Ezequiel 33,11), sino al contrario, que “todos los hombres se salven y viva el conocimiento de la verdad” (I Timoteo 2,4).
Muy significativa es la siguiente circunstancia: al momento del Juicio Final, el Redentor les dirá a los justos: “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para Ustedes desde la creación del mundo”.
Y a los pecadores les dirá: “Váyanse de Mí, malditos, al fuego eterno, que está preparado para el maligno y sus ángeles” (Mateo 25, 34,41). En estas palabras se puede ver claramente el benigno plan de Dios. El Paraíso fue preparado para los hombres, y el infierno para los demonios.
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, Editura Predania, 2006, p. 241)