Palabras de espiritualidad

¡Hablemos menos y mejor!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si hiciéramos al menos una décima parte de lo que les predicamos a los demás, seguramente Dios nos salvaría.

La gente está llena de palabras, pero pocos son los que ponen en práctica los mandatos del Evangelio. Entienden muy bien los consejos espirituales, las guías, las amonestaciones, las exhortaciones, las prédicas, las lecturas edificantes. El problema es que luego hay que pasar a los actos, porque “según sean tus actos, así te juzgaré”, dice el Señor... ¡Dios mismo creó el mundo sólo con la palabra, y qué buena era entonces la palabra! También los santos dieron testimonio de Cristo con sus palabras, enseñando y escribiendo libros inspirados en el Santo Evangelio. Pero nosotros, la gente de hoy, somos unos pecadores. Tenemos que aprender a hablar poco y solamente aquello que sea útil para alabar a Dios. Recuerdo haber leído estas palabras escritas por un filósofo: “¡El que dice todo lo que sabe, es que sabe poco y mal!”. Si hiciéramos al menos una décima parte de lo que les predicamos a los demás, seguramente Dios nos salvaría.

(Traducido de: Arhimandritul Ioanichie BălanPărintele Paisie duhovnicul, Editura Mitropoliei Moldovei şi Bucovinei, Iaşi, 1993, p. 73)