Palabras de espiritualidad

¿Hay algo de maldad innata en el corazón de cada hombre?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

No fuimos creados con un atisbo de virtud, sino con toda la virtud. Una imagen y una semejanza con Dios. Del resto no hablamos, porque el resto son caídas, el resto es el aspecto del infierno.

Padre, ¿es posible que en cada uno de nosotros perviva un atisbo de ateísmo?

—¿Qué pregunta es esa…? ¡Hablemos solamente de la victoria!

Entonces, no hay una parte mala en el hombre…

—¡Claro que no! ¡No fuimos creados para algo así! No fuimos creados con un atisbo de virtud, sino con toda la virtud. Una imagen y una semejanza con Dios. Del resto no hablamos, porque el resto son caídas, el resto es el aspecto del infierno. No podemos decir que sean creaciones de Dios. Dios no creó al demonio para que cayera. Lo creó bien, lo hizo libre, como nosotros. Si no nos hubiera hecho libres, no habría sido una creación perfecta… Nos hizo libres, para que tuviéramos méritos. Para que camináramos con nuestros propios pies, con Su silencioso auxilio, para llegar a la salvación. Y entonces seremos coronados y recibiremos la felicidad eterna junto a Dios. ¿Para qué hablar del ateísmo? Esos son meros accidentes, incidentes; no son cosas que formen parte del valor del hombre. El hombre es solamente virtud. ¿Para qué meternos solos en la boca del lobo? Nuestro ser no es así, de ninguna manera. Por eso es que les pido: ¡aprendamos a vivir como verdaderos cristianos!

Lo intentamos, padre…

—¡No lo intenten! ¡Simplemente, háganlo! Ya no se trata de intentar. Si es de intentarlo, Cristo lo intentó. Ustedes vayan a lo seguro. ¡Cultivemos el optimismo! Y, cuando digo esto, me dirijo a todos nuestros connacionales …

(Traducido de: Arhim. Arsenie Papacioc, Cuvânt despre bucuria duhovnicească, Editura Eikon, Cluj-Napoca, 2003,  pp. 21-22)

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