Palabras de espiritualidad

Hay Alguien que nos espera con los brazos abiertos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Por grande que parezca el mal, por insalvable que nos parezca el abismo de nuestras preocupaciones, Dios puede librarnos de ellas.

Acudamos a Dios sin cesar. Ante cualquier aflicción, busquemos inmediatamente Su consuelo. En cualquier necesidad, clamemos Su misericordia, Su protección. Cuando enfrentemos alguna prueba, pidamos Su auxilio.

Por grande que parezca el mal, por insalvable que nos parezca el abismo de nuestras preocupaciones, Dios puede librarnos de ellas. Y no solamente eso: con Su inmensa bondad nos dará también fuerza, poder, salud para nuestro cuerpo, alimento para el alma, una buena esperanza y la capacidad de no volver a pecar intempestivamente.

Por eso, no murmuremos como siervos ingratos y tampoco culpemos a nuestro Señor, sino que agradezcámosle en todo y consideremos que hay una sola cosa verdaderamente mala: pecar ante Él.

Si nos llenamos de tal clase de pensamientos ante Dios, sobre nosotros no vendrá ni la enfermedad, ni la pobreza, ni la deshonra, ni la falta de cosechas, ni nada de todo lo que parece causa de tristeza y congoja. Al contrario, tendremos solamente alegrías puras y santas, y alcanzaremos también las bondades eternas.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Omiliile despre pocăinţă, Omilia a patra, traducere de preot Dumitru Fecioru, București, 1998, p. 77)