Hay cosas que tenemos que dejar en manos de Dios
Dejemos en manos de Dios el momento cuando habrán de cesar nuestras tribulaciones; entre tanto, no descuidemos la oración y vivamos con fervor y devoción.
Si no crees en las bondades futuras, hazlo desde la base de las bondades de esta vida, esas que ya has recibido.
Dejemos en manos de Dios el momento cuando habrán de cesar nuestras tribulaciones; entre tanto, no descuidemos la oración y vivamos con fervor y devoción, porque nuestra responsabilidad es volver a la virtud, y el cese de nuestras aflicciones es asunto de Dios.
Si tienes que enfrentar una desgracia imprevista, no te desanimes, más bien levántate y corre al refugio más seguro y la defensa más sólida que podrías encontrar: el auxilio divino.
(Traducido de: Cum să biruim iubirea de arginți, Editura Sophia, București, 2013, p. 43)