Haz el bien... y calla
“Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos” (Mateo 5, 16)
El árbol nos da sus frutos, pero calla. La fuente nos provee de agua, pero calla. Lo mismo hacen las demás criaturas de Dios que nos ofrecen algún provecho: callan. Porque así fue como Dios lo dispuso: callando, glorifican a Dios, dándonos también la oportunidad, a quienes obtenemos beneficio de todo eso, de glorificar y alabar la bondad del Señor.
Así es como nosotros, Sus criaturas que tenemos el don de la palabra, aprendemos a hacernos el bien recíprocamente, pero también a callar y a no proclamar lo que hacemos para que los demás nos encomien, sino a exaltar a nuestro Creador, de Quien recibimos la existencia, junto con todo lo que es bueno.
Así es como nos lo enseña Cristo, nuestro Señor: “Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los Cielos” (Mateo 5, 16).
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Dumnezeu în împrejurările vieţii de zi cu zi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 102)