¡Hazte humilde y ten paciencia! ¡Solo así podrás vencer!
¿Qué se puede hacer contigo? ¿A dónde hay que ir para huir de uno mismo? Sé paciente, y verás cómo el Señor te ayuda.
Te quejas porque las pasiones te atacan, especialmente la ira y el deseo de lamentarte por todo. ¿Qué se puede hacer contigo? ¿A dónde hay que ir para huir de uno mismo? Sé paciente, y verás cómo el Señor te ayuda. Pero también debes saber que esas dos pasiones tienen un origen claramente demónico. San Isaac el Sirio dice que Dios se apiada del pecador que se arrepiente, pero al hombre que se lamenta por todo no lo podrá perdonar mientras no lo castigue.
Para esto, hazte humilde con todas tus fuerzas. Y si pecas, debido a tu debilidad humana, avergüénzate inmediatamente ante Dios y pídele que te perdona. Además, no te perturbes cuando los demás sean demasiado duros contigo. Esa rigidez ha salvado a muchos, en tanto que la indulgencia exagerada ha arrastrado a muchos más a la perdición. También San Juan Crisóstomo dice que la mayoría de los que se salvan, lo hacen gracias a su temor al infierno.
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 120)