Palabras de espiritualidad

La ascesis en la vida de un santo

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Había veces en las que el padre no abría la puerta: sin duda se hallaba entonces inmerso en la contemplación espiritual.

Aunque la celda de San Arsenio de Capadocia se hallaba en medio del mundo, puede decirse que él logró vivir fuera del mundo. Para esto, así como para la realización de distintas labores espirituales, le ayudaban mucho los dos días a la semana que permanecía encerrado en su celda, entregado a la oración: días que entonces dieron abundantes frutos espirituales, pues santificaban también el trabajo del resto de la semana y continúan alimentándonos a nosotros con los frutos divinos del padre Arsenio.

Además de otras formas de ascesis espiritual, el padre tenía por norma que los miércoles y los viernes permaneciera encerrado en su celda, orando y dedicándose enteramente al Señor. Cuando sucedía que algún enfermo venía de lejos, sin conocer esa norma del padre, y llamaba a la puerta, este le abría, pero permanecía en silencio. Con gestos preguntaba qué dolencia aquejaba al enfermo, para saber qué oración debía hacer por él. Después, gracias a esas fervientes plegarias, el enfermo terminaba sanando. Pero también había veces en las que el padre no abría la puerta: sin duda se hallaba entonces inmerso en la contemplación espiritual.

(Traducido de: Cuviosul Paisie AghioritulSfântul Arsenie Capadocianul, Editura Evanghelismos, București, 2006, p. 56)



 

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