Palabras de espiritualidad

La autosuficiencia, semilla del orgullo

  • Foto: Andrei Agache

    Foto: Andrei Agache

Al pecador caracterizado por la autosuficiencia le resulta muy difícil dejar entrar un rayo de amor santo a través de la túnica de piel de su fariseismo.

Hay algo que debes entender bien: la vida cristiana es una guerra espiritual que debes librar hasta la muerte. Debes, asimismo, ser consciente que nuestro astuto enemigo no descansa, tendiéndonos ingeniosas trampas y atacándonos incesantemente con flechas mortales para el alma.

A muchos los atrae con el señuelo de las cosas de este mundo y el amor a lo material, el orgullo de la riqueza, la ostentación, los deseos carnales y los placeres.

Pero, atención, en los corazones de aquellos que no se sienten atraídos por nada de lo anterior, el demonio siembra otras formas de orgullo, más “elevadas”: la arrogancia, la autosuficiencia y el engreimiento, que resultan casi imposibles de reconocer. Y, después de oscurecer nuestra mente con las nubes de este discreto orgullo, nos lleva, cual esclavos ciegos, lejos de Dios. ¡Y no nos damos cuenta de ello!

No olvides lo siguiente: para el pecador normal no es difícil llegar a odiar su propia suciedad espiritual, renunciar a ella y comenzar nuevamente el camino de Dios. Sin embargo, al pecador caracterizado por la autosuficiencia le resulta muy difícil dejar entrar un rayo de amor santo a través de la túnica de piel de su fariseismo…

Una mente humilde es la única arma capaz de rechazar todos esos ataques, pero no es fácil obtenerla. Por otra parte, muchas veces malinterpretamos cómo debemos usarla, sobre todo si llevamos una forma de vida dedicada a lo exterior, al mundo.

(Traducido de: Sfântul Macarie de la Optina, Poveţe duhovniceşti, Editura Egumeniţa, pp. 102-103)