La confianza en la fuerza y efectividad de los sacramentos
“Es muy importante que creamos en los sacramentos de la Iglesia; es muy importante que tengamos esa fuerza de la fe, que en verdad estamos recibiendo el perdón, la bendición, la misericordia y el amor de Dios”.
San Siluano el Athonita nos relata el caso de un esquema-monje del Santo Monte Athos, quien, hallándose en su lecho de muerte, hizo llamar a su padre espiritual para confesarse y después se quedó esperando a que le llegara el momento final. Sin embargo, poco tiempo después de haberse confesado, empezó a llenarse nuevamente de un profundo desasosiego, así que pidió que viniera otra vez el padre Macario.
Así hicieron los monjes, y el padre Macario vino a confesar al anciano una vez más. Finalmente, este se tranquilizó y murió en paz. Y dice San Siluano: “¿Acaso la primera vez no se le habían perdonado ya sus pecados?”. Y continúa: “Claro que se le habían perdonado, pero, ya que el anciano no creía que le habían sido perdonados, estos seguían oprimiéndole”. Sólo después de confesarse una vez más y recibir la absolución, se llenó del consuelo que buscaba. Y agrega San Siluano: “Es muy importante que creamos en los sacramentos de la Iglesia; es muy importante que tengamos esa fuerza de la fe, que en verdad estamos recibiendo el perdón, la bendición, la misericordia y el amor de Dios”.
(Traducido de: Savatie Baștovoi, A iubi înseamnă a ierta, Editura Cathisma, 2006, p. 30)