Hay una crisis profunda en el hombre moderno, quien ya no sabe ni de dónde viene ni a dónde va. Si tuvieras que atravesar el bosque de noche, sin tener un sendero a seguir, sin llevar una linterna contigo y sin un cielo estrellado que te ilumine un poco,... ¿no terminarías angustiándote? ¿No te asustarías ante cualquier ruido? ¿No te daría miedo adentrarte en un sitio que no conoces? En verdad, es neceario tener una fe grande y un poco de locura para desafiar todas las anomalías y la corrupción del mundo de hoy, y poder vencerlas.

Así como pareciera que el hombre de hoy atraviesa una crisis biológica, así también pareciera que nuestro pueblo sufre de un cuadro de ceguera... Es como si el hombre hubiera sido incluido en un plan diabólico, que consiste en la adoración por los placeres llevados al extremo. Y este es un fenómeno que se sufre en todas partes, es una enfermedad general, presente en todos los continentes…

(Traducido de: Părintele Iustin Pârvu, Daruri duhovnicești, Ed. Eikon, Cluj-Napoca, 2011, p. 24)