La educación no consiste en darle todo a nuestros hijos
Educar no se reduce a dar dinero, sino se trata de algo más importante: apertura espiritual.
Cuando los padres le ofrecen todo a su hijo, sin enseñarle a dar a los demás, ignorándose recíprocamente (el padre a la madre y viceversa), el niño crecerá siendo egoísta, con la mente de un consumista.
Conocemos muchos casos de padres que, aunque “le han dado lo mejor” a sus hijos, éstos los han abandonado al llegar a la vejez. El hombre debe ser educado, desde pequeño, en el amor a sus progenitores. Para que los hijos amen a sus padres, no es necesario que reciban juguetes, ropa de moda, dinero, etc., sino penetrar en el mundo espiritual de sus padres, en el mundo del sacrificio propio, en el mundo de la fe y del amor activo.
Educar no se limita a dar dinero, sino se trata de algo más importante: apertura espiritual. Entonces se inaugurará un período en el que los niños se harán amigos de sus padres, consiguiéndose así un rico intercambio de experiencia espiritual entre los miembros de la familia.
(Traducido de: Pr. Prof. Gleb Kaleda, Biserica din casă, Editura Sofia, București, 2006, pp. 78-79)