“La fe que se expresa en obras de amor”
Entonces: fe y amor, amor y fe, fe expresada en el amor, amor emanado de la fe.
“La fe que se expresa en obras de amor”. Esta verdad, enunciada por el Santo Apóstol Pablo, es una que nos interesa también a nosotros, porque en el servicio a los demás es necesaria la fe, pero la fe debe ser una que se manifieste en el amor; porque, si no trae el amor, ella sola no podría ayudar al hombre a salvarse, a librarse del pecado.
“La fe que se expresa en obras de amor”. Luego, no es la fe sola, ni el amor solo, sino la fe manifestada en el amor, la fe que produce amor, la fe que hace que en la vida del hombre se desarrolle la capacidad de amar, esa que Dios puso en el alma de cada uno de nosotros. Así, cada persona que viene al mundo, viene con la capacidad de amar, con una fuerza amorosa, con la facultad de poder amar. Y esa fuerza que Dios puso en el interior del hombre debe ser disciplinada, dirigida, enderezada y cimentada en la fe.
Entonces: fe y amor, amor y fe, fe expresada en el amor, amor emanado de la fe.
(Traducido de: Arhim. Teofil Părăian, Bucuriile credinței, Editura Mitropoliei Olteniei, p. 195-196)