La forma de proceder de Dios con el pecador
La maldad del hombre es como un año sin dar frutos, y Dios calla con esperanza. Y espera.
Viendo la abyección del hombre injusto, a menudo nos preguntamos: ¿por qué no viene Dios y lo fulmina inmediatamente, para librarnos de su maldad? Sin embargo, en tales casos solemos olvidar preguntarnos también: ¿por qué la madre no mata a su hijo en el acto, cuando lo sorprende haciendo alguna travesura? ¿Pör qué a nosotros —a ti y a mí— no nos fulmina Dios cuando nos soprende pecando? En cada persona hay un capital de vida sembrado por Dios. Ningún agricultor destruye su huerto si no da frutos un solo año, sino que espera un año más, dos, tres… La maldad del hombre es como un año sin dar frutos, y Dios calla con esperanza. Y espera.
Ciertamente, a veces espera en vano. Judas sigue siendo Judas. No obstante, a veces sucede que aquel huerto infértil empieza a dar frutos en abundancia, y Saulo se convierte en Pablo.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Învățături despre bine și rău, traducere de Pr. Teofil Petrescu, Editura Sophia, București, 2006, pp. 195-196)