Palabras de espiritualidad

La Gracia de Dios mana sobre aquel que renuncia a sus vicios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Esa Gracia alejará de nosotros todas las artimañas del maligno. Nos dará, además, fuerzas para respetar incansablemente todos los mandamientos redentores y nos unirá para siempre con Cristo.

Si luchamos consciente y decididamente contra nuestros vicios, la Gracia que Dios nos otorgara volverá a brillar en nuestro interior. Y se volverá a encender, como lo hiciera en la vida de los apóstoles y todos los santos. Esa Gracia alejará de nosotros todas las artimañas del maligno. Nos dará, además, fuerzas para respetar incansablemente todos los mandamientos redentores y nos unirá para siempre con Cristo.

La luz de esta Gracia nos encenderá el alma, ayudándola, al momento de partir de esta vida, a alejar los demonios en sus “casas de peaje” y amparándola al momento del estremecedor Juicio de Cristo. Así, envuelta en esa Gracia, cual vestido de bodas, podrá entrar a la morada Celestial de Cristo, a esa eterna e infinita felicidad, otorgada por Dios en Su indescriptible misericordia.

(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim (Sobolev) Făcătorul de minuni din Sofia, Predici, Editura Adormirea Maicii Domnului, Bucureşti, 2007, p. 129)

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