La herencia de los padres: la ayuda y el cuidado de Dios
¿Quieres que Dios te ame? Entonces hazlo deudor tuyo, prestándole lo que das a los pobres. No confíes a los hombres el cuidado y multiplicación de tus bienes. ¿Quieres que tus hijos sean ricos? Entonces déjales, como herencia, la providencia de Dios. Porque si Él ve que eres misericordioso con tu semejante, ofrecerá Sus inagotables tesoros a los hijos que te heredarán.
Si haces también de Dios heredero tuyo, entonces estarás dejando un tesoro maravilloso a tus hijos. ¿Quieres que tus hijos sean ricos? Entonces déjales, como herencia, la providencia de Dios. Porque si Él ve que eres misericordioso con tu semejante, ofrecerá Sus inagotables tesoros a los hijos que te heredarán.
¿Quieres que Dios te ame? Entonces hazlo deudor tuyo, prestándole lo que das a los pobres. No confíes a los hombres el cuidado y multiplicación de tus bienes. Cristo no sólo está listo para recibirlos y guardarlos, sino también para multiplicarlos y dártelos de vuelta, con altísimos intereses.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 288)