La humildad, cima de todas las virtudes
Un anciano le pidió a nuestro Buen Dios que le mostrara qué otras obras debía hacer para salvarse.
La humildad es la cima de todas las virtudes. Si tienes muchas virtudes, pero te falta la humildad, es como si se te cayeran todas de la carreta: estás en peligro. Hay unos que no tienen virtudes ni buenas obras, pero tienen humildad, contrición, arrepentimiento. A estos Dios los salva con más facilidad que a esos otros que tienen algunas virtudes y presumen de ellas.
Un anciano le pidió a nuestro Buen Dios que le mostrara qué otras obras debía hacer para salvarse. Entonces se le apareció un ángel y le dijo: «Así te salvarás: piensa siempre “nada soy, nada puedo, nada tengo.”». Todo esto se resume en una sola palabra: humildad. Aquel que se humilla a sí mismo, busca cómo huir de toda perturbación.
(Traducido : Părintele Proclu Nicău, Lupta pentru smerenie și pocăință, Editura Agaton, Făgăraș, 2010, p. 44)