Palabras de espiritualidad

La llama que arde en el corazón

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El corazón es la mecha, la oración es el fuego, y el inenarrable gozo del corazón orante es el hálito del Espíritu Santo o la felicidad de la unión del alma con el Esposo Celestial.

Quien haya logrado encender la llama de su lámpara, ese podrá participar de la infinita felicidad de quienes se regocijan con el anhelado y esperado Esposo. Esa lámpara, esa candela, es la oración. El corazón es la mecha, la oración es el fuego, y el inenarrable gozo del corazón orante es el hálito del Espíritu Santo o la felicidad de la unión del alma con el Esposo Celestial.

Por eso es que les suplico: no pierdan el tiempo con risas inútiles y bromas, porque el tiempo no regresa más. Todas esas alegrías pasajeras se terminan convirtiendo en un carbón que quema, en una pestilencia difícil de soportar, en una oscuridad impenetrable, y no queda en dónde buscar refugio. Esta es la razón por la cual el Señor les dijo a Sus amados: “Velad y orad, para no caer en tentación (Mateo 26, 41).

(Traducido de: Sfântul Anatolie de la OptinaFilocalia de la Optina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 118)