Palabras de espiritualidad

La Madre del Señor, esperanza de los agobiados

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

No duden que, escuchando su triste llanto, ella vendrá inmediatamente a limpiarles las lágrimas, para consolar sus sufrimientos y librarlos de aflicciones, de la muerte, de la congoja maligna y la desesperanza.

Todos los que vivimos en este mundo tenemos una Madre amorosa, llena de luz, poderosísima. Es un muro invencible, esperanza de los agobiados, alegría de los que sufren. Y cuando sufras, cuando algo te atormente, cuando todo esté en contra tuya, cuando estés a un paso de perderte, cuando tu esperanza esté por desaparecer, ¡recuerda que, a pesar de la suciedad e inmerecimiento de tu vida, tienes una Madre amorosa! ¡Y debes confiar que, una vez la llames, ella vendrá rápidamente a consolarte, a aliviarte y protegerte!

Sólo debes llamarla, hablarle entre lágrimas, con esperanza, con fe: “¡No tenemos otro auxilio, otra esperanza, te tenemos sólo a Ti, Señora! ¡Ayúdanos, porque nuestra esperanza está puesta en ti y a ti te veneramos, cual siervos tuyos!”. No dudes que, escuchando tu triste llanto, ella vendrá inmediatamente a limpiarte las lágrimas, para consolar tus sufrimientos y librarte de aflicciones, de la muerte, de la congoja maligna y la desesperanza.

(Traducido de: Arhimandrit Chiril Pavlov, Lauda Maicii Domnului, Editura Egumenița, Galați, 2012, p. 7)