Palabras de espiritualidad

La Madre del Señor, fuente de toda alegría

    • Foto: Anda Pintilie

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Translation and adaptation:

Con su obediencia, la Madre del Señor nos abrió nuevamente las puertas del Paraíso, que habían quedado cerradas por la desobediencia de Eva.

Cualquier cosa buena que el hombre intente decir sobre la Madre del Señor será incapaz de expresar su grandeza. Con su obediencia, la Madre del Señor nos abrió nuevamente las puertas del Paraíso, que habían quedado cerradas por la desobediencia de Eva. Ciertamente, Eva rompió la argolla que nos unía con Dios y trajo al mundo tristeza y dolor. La Madre del Señor restauró ese vínculo y trajo al mundo la alegría del Paraíso. Nos unió con Dios, ya que Cristo es Dios-Hombre.

El Arcángel Gabriel trajo al mundo la feliz noticia de que los hombres, gracias a la Madre del Señor, volvían a tener “la Gracia ante Dios”. La Madre del Señor se regocija, porque en ella se encarnó la Palabra de Dios y nos libró del pecado. Nos alegramos también nosotros, porque la Madre del Señor nos guareció. Por eso es que le cantamos: “El desierto le ofrece a Cristo un pesebre, y nosotros, los hombres, ofrecemos a Su Madre, la Santísima Virgen María”.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 299)