La Madre del Señor libra de aflicciones a los que se lo piden
La Santa Iglesia de Cristo conoce multitud de casos en los que la Muy Bendita Madre de Dios ha librado a muchas personas de toda clase de penas.
Amados hermanos y hermanas, nuestra vida terrenal está llena de problemas y dolor. No en vano es llamada, con razón, el “valle de lágrimas y suspiros”. Llorando nacemos y llorando partimos hacia el otro mundo, entre suspiros y quejidos. Cierto es que nadie puede librarse de las lágrimas y aflicciones de esta vida; de hecho, en esta vida hay muchas más aflicciones que alegrías. La Santa Iglesia de Cristo conoce multitud de casos en los que la Muy Bendita Madre de Dios ha librado a muchas personas de toda clase de penas.
Pidámosle, entonces, que nos escuche en este momento, que nos libre de toda aflicción e infortunio, que nos limpie de todo pecado y vicio, y que nos haga dignos de la alegría del eterno Reino de su Hijo, para que podamos exclamar, llenos de amor: “¡Regocíjate, oh bondadosa, pronto auxilio, Tú que otorgas todo lo que te pedimos! Amén.”
(Arhimandrit Chiril Pavlov, Lauda Maicii Domnului, Editura Egumenița, Galați, 2012, p. 29)