El jardinero poda los árboles, para que estos crezcan más rápidamente y de mejor manera. Sin embargo, si les corta más de lo debido, los árboles terminarán secándose.

Debes creer que tu sufrimiento jamás podrá pasarse de la medida. Dios cuida de cada persona con un esmero mayor que el del mejor de los jardineros para con sus árboles.

Por eso, bien dice San Nilo el Sinaita: “Si el alfarero sabe cuánto tiempo debe estar la olla en el fuego, para que no se queme ni se agriete, con mayor razón Dios sabe cuál es la medida de nuestras almas”.

¡Recuerda que más grande es el poder de juicio de Dios que el del hombre!

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Învățături despre bine și rău, Editura Sophia, București, 2006, p. 86)