Cristo alzó a la mujer al nivel que Dios le otorgó desde el inicio, y del cual la sociedad la arrojó al más profundo abismo. ¿Y cómo lo hizo Cristo? Naciendo de la Santísima Virgen María; después, participando de aquella boda en Caná de Galilea, pero también demostrándoles a Sus apóstoles lo importante que es la mujer, exaltando su firmeza y valentía, al no asustarse por todo lo ocurrido en la Resurrección.

Después de eso, apareciéndosele a María Magdalena y a las miróforas luego de la Resurrección. Hay muchos ejemplos que resaltan esta idea. El concepto de sumisión de la mujer es válido únicamente en el sentido de reconocer la relación Iglesia-Cristo y Cristo-Iglesia. Nada más.

(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, Soțul ideal, soția ideală, Editura Anastasis, Sibiu, 2001, p. 166)