Palabras de espiritualidad

La necesidad de cultivar todas las virtudes

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

El hombre es un todo. Cuando hay una grieta en su ser, su existencia entera se ve, se dice y se resiente agrietada y debilitada.

Una virtud separada de las demás es una virtud imperfecta. La continencia sin la humildad es imperfecta, porque se une al orgullo. La tenacidad sin el amor es dura, rígida. El amor sin la templanza no es un amor perfecto, porque no contiene la negación de sí mismo.

Cada virtud se perfecciona por medio de las otras. Si tu atuendo tiene un orificio o una mancha vieja, no es lo agradable y hermoso que podría ser.

El hombre es un todo. Cuando hay una grieta en su ser, su existencia entera se ve, se dice y se resiente agrietada y debilitada.

Las virtudes avanzan juntas como una línea de batalla. Cuando alguna de ellas falta en esa línea, las demás no pueden avanzar. Un olor desagradable, al mezclarse con un conjunto de aromas refinados, hace que todos estos parezcan fétidos.

(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 73 la Sfântul Grigorie de Nyssa, Despre Fericiri, în „Părinți și Scriitori Bisericești”, vol. 29, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, București, 1982, p. 364)