La necesidad de orar desde el corazón
El cristiano debe pronunciar todas sus oraciones desde el corazón, en paz, con firmeza y lleno de amor.
La breve oración de arrepentimiento: “¡Señor, ten piedad!”, presupone en quien la pronuncia una profunda, clara y minuciosa conciencia de sus faltas, compunción de corazón, esperanza en la misericordia divina y una fuerte determinación de no volver a pecar. Esta oración es, ciertamente, muy corta, pero su significado es grande y profundo.
Debemos tener el cristianismo sembrado en nuestro interior, en lo profundo de nuestro corazón; el cristiano, así, debe hacer todo siguiendo la convicción de su corazón. Por eso, debe pronunciar todas sus oraciones desde el corazón, en paz, con firmeza y lleno de amor.
(Traducido de: Ioan de Kronștadt, Liturghia – cerul pe pământ, Editura Deisis, 2002, p. 317)