La obediencia como requisito para la paz del alma y para avanzar en la oración
Solamente quien es capaz de anular su voluntad ante su confesor o su stárets tiene la mente pura.
Por la Gracia del Espíritu Santo, Dios le concede al alma saber cuál oración es principiante, cuál es intermedia y cuál es avanzada.Pero, atención: el Señor no atiende la oración avanzada porque el alma sea perfecta, sino porque Él es misericordioso y quiere, como una madre que ama a sus hijos, consolar el alma, para que arda más y no conozca descanso ni de día ni de noche.
La oración pura necesita que haya paz en el alma, pero no puede haber paz en el alma sin obediencia y templanza.
Los Santos Padres sitúan la obediencia por encima del ayuno y la oración, porque, sin obediencia, el hombre puede llegar a creerse un asceta y un gran orante- No obstante, solamente quien es capaz de anular su voluntad ante su confesor o su stárets tiene la mente pura.
(Traducido de: Cuviosul Siluan Athonitul, Între iadul deznădejdii și iadul smereniei, Editura Deisis, Sibiu, 2000, p. 160)