La obediencia es igual a la humildad
¿No te dije que obedecieras? ¿Sabes lo que significa obedecer? La obediencia significa humildad. ¿Entiendes?
Por un tiempo tuve algunos problemas con mi jefe, un hombre muy severo. Le conté al padre Porfirio lo que me ocurría, y él me respondió:
—Tú solo obedece, hijo, y ten paciencia. No le respondas, mejor ora por él.
Cuando, luego de un tiempo, volví y le conté que aquel problema no cesaba, el padre Porfirio me dijo:
—¿No te dije que obedecieras? ¿Sabes lo que significa obedecer? La obediencia significa humildad. ¿Entiendes?
—Entendido, Abuelito.
—No, no lo entiendes. Venga, te voy a ayudar a entender lo que es la obediencia. Escucha: hace ya algún tiempo, en un monasterio vivía un monje muy severo, tal como dices que es tu jefe. Todos los monjes que venían a ayudarle, no podían quedarse con él más de una semana. Al enterarme de esto, decidí ir a intentarlo. Al llegar, le expliqué para qué venía. ¿Cuál fue su respuesta? “Bien, ahora vete por donde veniste”, y me señaló la ventana. ¡Sin pensármelo dos veces, me acerqué a la ventana y, como pude, me salí!
¿Ahora entiendes lo que significa la obediencia?
—Sí, entiendo.
—¡Muy bien! ¿Qué más puedo agregar? Que me quedé con aquel monje por mucho más tiempo que mis predecesores, sirviéndole con alegría. Y, luego de un tiempo, yo mismo decidí irme. En esto consiste la verdadera obediencia, y así es como te aconsejo que te comportes con tu jefe.
—¡Sí, Abuelito, así lo haré!, le dije.
Me dio su bendición, y después volví a casa.
(Traducido de: ANASTASIOS SOTIRIOS TZAVARAS, Amintiri despre Bătrânul Porfirie, Editura Bunavestire, Bacău, 1999)