La oración, como madre de las virtudes, nos ayuda a alcanzar los dones de la Gracia
Te pido, hermano, que ores con toda tu atención, y el Señor Mismo te dará cosas inefables y sublimes, eso sí, cuando sea necesario y cuando tu alma se encuentre totalmente libre de pasiones.
No hay nada más enaltecedor que poder hablar con el Señor por medio de la “oración mental, sabiendo que Él está en todas partes. Es presentarte ante Él y pedirle que perdone todas tus faltas.
La oración es la madre de las virtudes, porque solamente con ella es posible obtener los dones de la Gracia. Te pido, hermano, que ores con toda tu atención, y el Señor Mismo te dará cosas inefables y sublimes, eso sí, cuando sea necesario y cuando tu alma se encuentre totalmente libre de pasiones. Entonces la voluntad de Dios obrará completamente en ti.
(Traducido de: Arhiepiscopul Antonie de Golânsk și Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice, Manualul isihiei, Editura Bunavestire, Galați, 2003, p. 36)