La oración es la forma más eficaz de resolver los problemas
Por ejemplo, cada vez que dices «¡Señor, ten piedad de mi hijo!», Cristo le envía a tu hijo pensamientos buenos.
Un día, el padre me dijo: “Eres muy devoto y quieres imponerles a los demás tu fervor y tu fe. Haces mal, porque en tales situaciones el hombre reacciona al revés: le dices que haga algo y no lo hace, y esto, precisamente por habérselo impuesto. Cuando te vea a ti haciéndolo talvez te imite, diciéndose «Si éste lo hace, lo haré yo también». Si oras así: «¡Señor Jesús, ilumina, ten piedad y corrige a fulano!» y repites sin cesar esta oración, el Señor comenzará a enviarle sólo buenos pensamientos a aquella persona. Por ejemplo, cada vez que dices «¡Señor, ten piedad de mi hijo!», Cristo le envía a tu hijo pensamientos buenos. Mientras más ores, más pensamientos buenos recibirá. Tu hijo es como una fruta verde, pero, poco a poco, madurará y llegará a ser como quieres tú. La experiencia demuestra que esta es la mejor forma de resolver todos los problemas, sin importar su naturaleza. Las modalidades practicadas por personas instintivas han demostrado siempre ser ineficaces”.
(Traducido de: Sfântul Părinte Porfirie, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire, Bacău, pp. 291-292)