Palabras de espiritualidad

La oración pura es un estado más allá de nuestra naturaleza

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Que en nuestra vida se realice aquello que en principio es “imposible”, con la ayuda de Dios y nuestra propia participación.

Padre, ¿cómo podemos alcanzar la oración pura y la perseverancia al orar?

—Les repito: es imposible. La oración pura es un estado más allá de nuestra propia naturaleza. ¡Que ese “imposible” cambie en ustedes, con la ayuda de Dios! El actuar de Dios tiene muchas facetas. Cuando pronunciamos la oración de agradecimiento después de comulgar, decimos “que este alimento me sirva para la vida eterna”. ¿Y qué es “este alimento”? Es fortaleza. Cuando te sientes extenuado por haber trabajado mucho, te sientas, respiras un poco, comes algo... y vuelves a tus labores. Así es este “alimento”, los Santos Misterios, sobre todo la Santa Eucaristía, pero también todas las santidades de la Iglesia: el agua bendita, el aceite santificado —es decir, la Santa Unción—, el antidorón y todo lo demás, por medio de lo cual recibimos las energías necesarias para continuar nuestra vida en contrición, para hacerla fructífera y “llegar a Aquel que es inalcanzable”, como dice el Acatisto de la Madre del Señor. Es decir, que en nuestra vida se realice aquello que en principio es “imposible”, con la ayuda de Dios y nuestra propia participación.

(Traducido de: Ieromonahul Rafail Noica, Cultura Duhului, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2002, p. 139)