En todo lo que hago, intento tener como modelo al venerable stárets Siluano, quien fuera un gran teólogo. Después de ver a Cristo, a él se le concedió la oración por todo el mundo como por sí mismo. Nosotros, quienes somos seres pecadores, reducidos al nivel de la nada por nuestra conciencia individualista, no podemos entender esto, porque luchamos por cosas insignificantes.

Pero primero tenemos que ganarnos a Cristo-Dios, Quien es uno con el Padre, y Quien es el único que nos lleva al Padre, porque no hay otro camino, sino solamente por medio de Él y en Él.

(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Cuvântări duhovnicești, vol. I, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2004, p. 54)