Palabras de espiritualidad

El ayuno y el orden en nuestra vida

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si hay orden en nuestro hogar, también debe haberlo en nuestra vida, en nuestra alma.

El desorden es algo muy perjudicial. Una persona laboriosa mantiene en orden su hogar. Indiferentemente de si se trata de una casa rica o modesta, siempre debe haber un orden. Ese orden es importantísimo en nuestra vida. Si hay orden en nuestro hogar, también debe haberlo en nuestra vida, en nuestra alma.

Ese orden empieza con el ayuno. Lo seguimos con la oración, las postraciones, el perdón y la práctica de las virtudes. Cualquier orden tiene una explicación. La Divina Liturgia que celebramos y en la cual participamos también tiene un orden, una estructura. Por eso, el sacerdote está obligado a no omitir ninguna parte de la Divina Liturgia.

Las disposiciones que cumplimos buscan nuestro bien. No son simples cargas, sino que se trata de aspectos que nos benefician. Por eso es que decimos que un hombre que vive en orden y armonía es alguien que, si viene la muerte y lo sorprende, hereda directamente el Paraíso. No podemos entrar en el Ayuno de la Cuaresma sin un orden preestablecido, y la primera disposición del ayuno es precisamente el orden.

(Traducido de: Preotul Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăși pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 118)